(Extraído del Libro Caricaturas de ayer y hoy, por Luisa Ulibarri, y editado en la colección "Nosotros los Chilenos" de la editorial "Quimantu" el 16 de noviembre de 1972).
Por un extraño accidente de la vida, Osvaldo Salas, artífice en la gráfica, dibujante, pintor, grabador y profesor de dibujo publicitario en la Universidad Técnica, y otros títulos más, se convirtió en caricaturista. El creador de don Inocencio era un disciplinado militante del Partido Comunista, con varias exposiciones de pintura a su haber, cuando Luis Corvalán se le acercó y le pidió que inventara un monito político par El Siglo . Era la época de Don Carlos Ibañez del Campo (la 2ª presidencia) y para el periódico era sumamente necesaria la creación de un personaje que representara al chileno de clase media, un tanto desesperanzado de tanta promesa incumplida de los políticos. Año 1953.
Así, de la noche a la mañana empezó a cobrar vida un hombrecito más bien de baja estatura, pantalón a cuadros y arremangado, cabeza muy despeinada y expresión ingenua. Se llamaba don Inocencio y bajo el nombre iba la clase aclaratoria : "el hombre que creyó en las promesas electorales". El personaje pertenecía a la pequeña burguesía, lucía más arreglado que ahora y era ibañista acérrimo en los comienzos. Pero luego se fue desilusionando, al punto de convertirse en crítico del régimen de General. Don Inocencio era el tipo que cada día se desilusionaba más de lo que llamaban "la revolución de la sangre", por que, según él, cada día tenía menos cara de revolución.
Trabajador Múltiple
A través de este personaje, Osvaldo Salas agregó una nueva actividad a su curriculum. Desde muchacho ya colaboraba en publicaciones de las Juventudes Comunistas, donde era responsable de todos los aspectos gráficos: dibujo, impresión, taller. Era un trabajador múltiple, y durante la etapa de la represión ayudo a mantener publicaciones clandestinas (este artículo está extractado de una publicación anterior al golpe militar, y por lo tanto no se esta refiriendo a las represiones durante dictadura de Pinochet).
- Yo era un buen dibujante de letras. Trabajábamos haciendo decoraciones en vitrinas de cafés y restaurantes. Eramos un grupo de estudiantes. Nuestro centro de operaciones era la FECH.
- ¿ Desde entonces Ud. era humorista y divertido ?
- Siempre tuve un poco de condiciones para el humor. Incluso en los trabajos plásticos existe un sentido satírico.
- Y como persona, ¿ era Ud. divertido ?
Osvaldo Salas es un Hombre alto, casi tan lacónico al principio como el resto de sus colegas. "uno se expresa a través de los dibujos", dice. Nos recibe en su departamento, junto a su compañera, y entremedio de una multitud de dibujos, monografías e Inocencios.)
- ¡ Uff !, yo debo de ser tan divertido como la mayoría de los humoristas de mi generación. Somos bastantes latosos. Uno anda con su yo propio y otro yo en potencia. Hay cosas, actitudes que uno en persona no podría desarrollar, y sus personajes lo realizan por uno. Si yo quisiera saltar sobre los hombros de una dama en la calle, no podría de buenas a primeras. Y mando entonces a don Inocencio. Esto me recuerda la serie de "El doctor Merengue", que personificaba a un dottore de edad, grandote, serio, del cual siempre se desplazaba otro con las mismas características, pero haciendo puras tonterías. Todos tenemos nuestro dottore.
"Recuerdo que una vez dábamos vueltas por el centro con Oski, casi sin hablar. Y todas las arremetidas que hacíamos para establecer una conversación fracasaron. Nuestro paseo fue como una conversación de mudos. Pienso que él se debe de haber aburrido tanto como yo. Hay tipos dicharacheros, que andan con el chiste a flor de labios.
- Y UD. no es de ésos.
- Es que uno se pone algo egoísta, y si se le ocurre algo divertido se lo guarda, para el chiste del día siguiente.
"Y se fue proletarizando"
- Hábleme de don Inocencio. ¿ Por qué al principio Ud. no lo firmaba ?
- El mono tenía ya un montón de años, y era muy misterioso. Nadie sabía quien lo hacía. Para mí era inútil la firma, pero tanto fue lo que me la encomendaron, que al final titulé el dibujo como "Inocentadas", firmado por Inocencio.
- Entonces, ¿ personaje y autor se fundieron ?
- Tal vez. No pueden ser ajenos obra y autor. Pienso que con el tiempo, don Inocencio, que era pequeñoburgués, se fue proletarizando. Sus observaciones corresponden a la de un hombre de izquierda, muy comprometido. Alrededor de él, siempre pulula mucha gente, pero con la cual don Inocencio no puede establecer una relación muy profunda, porque no es el mundo del personaje lo que interesa, sino el mensaje didáctico que de él se desprende. Nuestro propósito es ése : escapar del chiste blanco y sin contenido. Don Inocencio tiene una misión por delante. Y por eso está limitado. Pero no me encierro totalmente en la política diaria. Por ejemplo, ayer hubo algo alusivo a Spassky y Fischer.
- ¿ Por qué don Inocencio va cambiando de ibañista acérrimo, a allendista ?
- Castigado por las circunstancias, el hombre va viendo que lo que pensaba y creía no se realizaba. Comienza a actuar por el otro lado, y en todas partes le va mal. El traje deja de ser encachado. El era un personaje elegante, que se arremangaba los pantalones en la bastilla para que vieran que le hacían juego los calcetines.
- ¿ Tiene amigos ? ¿ Hay un mundo afectivo cerca ?
- No. desgraciadamente no lo he podido desarrollar, por la limitación que antes señalé. Hubo un tiempo una patrona, que era como la señora...
- No le creó conflictos pasar de opositor de una línea a propiciador de otra, la de la UP ?
- ¿ No..., no hay conflicto con el mono ! Ocurrió que llegó Allende, yo también me hice la pregunta : Bueno, ¿ Y que hago ahora ? Entonces pensé que la nuestra no era una revolución como la de Cuba, sino que aquí quedaba coleando y muy vivo el enemigo, y vemos que hay tanta y más pega que antes. De lo contrario, habría criticado taras como la burocracia, los potenciales enemigos del proceso. Allá importa la pelea con el enemigo : el imperialismo. Aquí son muchos los que nos hacen olitas de cerca, y muchas las inocentadas que se deben dejar caer.
- ¿ Cómo surgen las inocentadas ?
- De la lectura de todo el material de la prensa diaria, de la gente de la calle, las micros, los juegos de palabras. Con el lenguaje se hace mucho. El otro día no más salía un titular en Puro Chile : "El Pir se quedó convertido en R.I.P." (Requiescat im pace - descance en paz), eso por si solo era un chiste.
- ¿ Qué representa la caricatura para Ud.?
- Nunca pensé ser caricaturista. Todavía me asombro cuando me lo dicen. Yo me formé para las otras cosas. Para mi es agradable hacer algo para el proceso, y más importante, saber que eso sirve. A veces pienso que don Inocencio debería ser mucho mejor, pero por falta de tiempo no logro perfeccionarlo. A veces surge entre clase y clase; otras, me paso tardes enteras...
- ¿ Y qué pasa cuando la idea no llega ?
- Hay una cierta magia, no sé, un sentido que me permite llegar hasta el final, salir adelante siempre.
- ¿ Inocencio es militante de algún partido ?
- A veces aparece como militante, otras es un independiente de izquierda. Si fuera militante, estaría limitado. El mono no puede enojarse jamás. Inocencio es un roto buena persona, y si hace una trastada, no es culpa de él. Lo hace sin darse cuenta.
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